Los Desnudos de Spencer Tunick

En estos días la cadena de televisión HBO está exhibiendo el documental Naked World, que sigue al fotógrafo Spencer Tunick en su misión de retratar desnudos en todos los continentes del mundo (incluyendo Antártica). Tunick se ha dado a conocer por sus fotos donde aparecen cientos o miles de personas desnudas en lugares públicos, aunque también realiza desnudos individuales, especialmente en lugares urbanos y concurridos.

Resultan interesantes las actitudes de la gente en diferentes países ante el trabajo de Tunick. En Irlanda, por ejemplo, la gente se muestra completamente cerrada a este tipo de expresión. Sólo unas pocas personas jóvenes accedieron a posar, y al preguntarle sobre la pobre recepción éstos pensaron que probablemente se debe a la presencia dominante de la Iglesia Católica en la sociedad irlandesa. En Japón, el negarse a posar provenía principalmente del miedo a perder el trabajo (una corporación despediría inmediatamente a un empleado que aparezca desnudo). Compare esto con Melbourne, Australia, donde la multitud de gente dispuesta a posar era inmensa (aproximadamente 4,000 personas), y aun cuando la lluvia casi no permite la foto, la gente permanecía en el lugar, deseosos de colaborar con el artista. En París, una ciudad que por su tradición artística se esperaba que fuera fácil encontrar voluntarios, fue uno de los lugares más difíciles. Tanto la gente como las autoridades se mostraban violentamente en contra de la desnudez en público. Una comentarista local decía que aunque los franceses aceptan la desnudez en la escultura y la pintura, la consideran una amenaza cuando se hace en la vida real, inclusive si su propósito es artístico.

Santiago de Chile, 2002 Santiago de Chile, 2002

El caso de París es interesante porque muestra una actitud donde la gente no puede separar el cuerpo humano de su aspecto erótico. En Rusia, la directora del museo de arte de San Petersburgo (que posó desnuda en una foto individual), debatía este aspecto con Tunick. Tunick decía que su obra de ninguna manera es erótica, mientras ella decía que resulta imposible separar la desnudez de la cuestión sexual. Probablemente depende de la cultura, pero concuerdo que este tipo de fotografía no evoca sexualidad, y que de hecho una de las tesis principales de Tunick es precisamente mostrar la separación de ambos conceptos.

Y hablando de cultura, me pregunto cuál sería la recepción de un evento así en Puerto Rico. Me imagino que, como siempre, habrían protestas de parte de algunos sectores. Pero por otro lado tiendo a pensar que a Tunick no le faltarían voluntarios aquí. ¿O me equivoco? Yo lo haría, y de hecho me he registrado para participar si en un futuro se le ocurre venir acá.

La página Web de HBO tiene una lista de las próximas fechas que exhibirán el documental.

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