Osito de Peluche

Todo hombre que ha tenido una novia o esposa por más de un par de años sabe lo difícil y estresante que puede ser regalar en días como éste de San Valentín. Al igual que yo, esas personas probablemente han aprendido a la mala algunas reglas que jamás se deben ignorar a la hora de escoger un regalo. Ahora bien, para aquellos que nunca han estado en una relación a largo plazo, o que año tras año parecen no entender la lección, aquí les presento algunas reglas simples que he aprendido para regalos del día del amor. Muchas de estas sugerencias aplican a otras ocasiones del año también.

Joyería. Si va a regalar joyería, piense en el tipo de joyería que ella usa. Por ejemplo, mi esposa no usa oro amarillo, así que ni pensarlo; mejor le regalo oro blanco. Nunca, nunca, bajo ninguna circunstancia le habré de regalar alguna pieza de joyería con un diseño de corazón o alguna otra forma cliché; lo encuentro charro y sé que ella también (ni hablar de esos corazones que se parten por la mitad). Tampoco me atreveré a regalarle una pulsera o pendiente con su nombre grabado, mucho menos con un mensaje como “Mariela y Rafi, Juntos x 100pre”. Otra nota: los diamantes verdaderamente son los mejores amigos de una chica. Usted nunca se equivocará cuando regale diamantes.

Flores. Sea diferente. Mi esposa encuentra que las rosas rojas están trilladas, y que no hay originalidad en ellas. Si le regalo flores, procuro que sean lirios, tulipanes, o alguna otra flor menos tradicional. Una orquídea también es una excelente idea.

Chocolates. Para ocasiones como ésta evite regalar los chocolates que regala todo el mundo y que siempre se asocian con San Valentín; en otras palabras, cualquier chocolate Ferrero (Mon Cheri, Rocher). Una excelente alternativa es una caja de chocolates finos Godiva o Richart.

Certificados de Regalo. Nada dice “no saqué tiempo para pensar qué regalarte” mejor que un certificado de regalo. Nunca cometa este error.

Enseres domésticos. A menos que quiera que le den con la licuadora en la cara, no le regale una a su novia/esposa. Mucho menos en el día de San Valentín.

Y por último… Nunca, pero nunca regale el típico osito de peluche. A menos que usted esté en escuela superior, su novia/esposa no es una niña, y no aprecia este tipo de regalo. Quizás este paso de comedia de Saturday Night Live, en el estilo de los anuncios de De Beers, le puede ilustrar mejor el concepto:

La regla general es: saque tiempo para pensar en algo original. No tiene que ser algo caro pero sí algo que le deje saber a su novia/esposa que usted piensa en ella y que la quiere. Escríbale algo bonito y que tenga significado para ambos. Esté pendiente a las cosas que a ella le gustan, así aprenderá mucho.