Adoptar un punto de vista escéptico como guía personal no es y nunca ha sido fácil. Aunque nos creemos que nuestra civilización ha alcanzado los más altos grados de ilustración, la realidad es que los mitos y las creencias en lo fantásticamente absurdo dominan nuestra vida diaria. Desde los raptos por criaturas extraterrestres, la reencarnación, la astrología, hasta el feng shui, tal parece que estamos dispuestos a creer lo que sea sin preguntar por qué.

Ahora bien, si usted es de las personas que cree fervientemente en extraterrestres, reencarnación, astrología o feng shui, probablemente usted ya comenzó ha hacer un juicio mental sobre mi persona, probablemente negativo. Esto es precisamente lo que sucede cuando debato algunos de estos y otros temas con amigos o conocidos, y dentro de la discusión se me ocurre debatir temas tan “probados” como la acupuntura o el Triángulo de las Bermudas.

Creo que entonces procede una aclaración sobre lo que significa escepticismo. Aquí reproduzco en español una introducción al tema que da la revista Skeptic, y que lo explica bien:

¿Qué significa ser escéptico? Algunos creen que el escepticismo es el rechazo a ideas nuevas, o peor, confunden “escéptico” con “cínico” y piensan que los escépticos son un montón de cascarrabias obstinados que no están dispuestos a aceptar cualquier afirmación que le haga reto al status quo. Esto es incorrecto. El escepticismo es un enfoque provisional a una alegación. Es la aplicación de la razón a todas las ideas, y no hay vacas sagradas. En otras palabras, el escepticismo es un método y no una posición. Idealmente, el escéptico no entra en una investigación cerrado a la posibilidad que un fenómeno pueda ser real o que una alegación sea cierta. Cuando decimos que somos “escépticos” significa que debemos ver evidencia poderosa antes de creer. Cuando escuchamos una alegación fantástica decimos “muy bien, pero tienes que probarlo”.

El escepticismo tiene una larga tradición histórica tan temprano como la Grecia antigua donde Sócrates observaba: “Sólo sé que no sé nada”. Pero esta posición pura es estéril y poco productiva, y muy pocos la sostienen. Si eres escéptico sobre todo, entonces tienes que ser escéptico sobre tu propio escepticismo. El escepticismo puro es por lo tanto poco aplicable a nuestra vida diaria.

El escepticismo moderno está fundamentado en el método científico, que envuelve la recopilación de datos para formular y probar explicaciones naturalistas para fenómenos naturales. Una alegación se convierte en hecho cuando es confirmada a tal grado que resulta razonable ofrecer un acuerdo temporero. Pero todos los hechos en la ciencia son provisionales y sujetos a cuestionamiento, y por lo tanto el escepticismo es un método que lleva a conclusiones provisionales. Algunas alegaciones como la percepción extrasensorial (ESP) y el creacionismo han sido probados (y fallaron la prueba) tantas veces como para concluir provisionalmente que no son válidos. Otras como la hipnosis y el origen de los lenguajes han sido probadas pero los resultados no han sido concluyentes, por lo que debemos continuar formulando hipótesis y teorías hasta que podamos llegar a una conclusión provisional.

La clave del escepticismo es aplicar los métodos de la ciencia continua y vigorosamente para navegar las aguas entre el escepticismo del “no sé nada” y la credulidad del “todo vale”.

Seguiré elaborando sobre temas interesantes desde el punto de vista escéptico próximamente.