Creer en Dios

Creer o no en dios. Muchas personas suponen que sólo existen dos posiciones qué asumir en cuanto a la existencia de un creador divino: el creyente, que afirma la existencia de dios como verdad absoluta, y su contraparte el ateo, que la niega activamente. Existen, sin embargo, posiciones diferentes a estos dos absolutos. Quizás usted ha escuchado el término agnóstico, que usualmente se presenta como un punto medio entre el ateo y el creyente. Vale la pena aclarar este concepto y sus variantes.

El agnosticismo es un postulado filosófico que dice que es imposible declarar con absoluta certeza si dios existe o no existe. En otras palabras, el agnóstico sencillamente “no sabe” si dios existe o no, y entiende que aquellas personas que declaran saberlo con certeza están llegando a una conclusión errónea filosóficamente hablando. El agnosticismo es una extensión del escepticismo filosófico, que plantea que, dado que todo nuestro conocimiento está sujeto a nuestras percepciones humanas (que podrían ser correctas o incorrectas), es imposible alcanzar conocimiento absoluto sobre algo en particular. Note que un aspecto interesante que se desprende de este punto de vista es que el ateo entonces es tan “fiel creyente” como el creyente, dado que afirma categóricamente algo (la inexistencia de dios) que, según el agnóstico, tampoco es posible saber con certeza.

Ahora bien, hay dos variantes dentro del agnosticismo. Por un lado está el agnóstico-ateo que, partiendo de su agnosticismo, sencillamente no encuentra una razón poderosa para creer en dios, o encuentra que es irrelevante para su vida. También está el agnóstico-creyente, también llamado fideísta, que a pesar de que reconoce que es imposible determinar con certeza si dios existe, decide creer exclusivamente por fe. Otra forma de explicar la creencia del agnóstico-creyente es que entiende que la razón es irrelevante para la fe religiosa.

El caso del agnóstico-creyente en particular es interesante. Muchas ramas de la fe cristiana, por ejemplo, enfatizan la importancia del concepto de creer exclusivamente por fe. Inclusive muchos cristianos entienden que esta es la única forma honesta de relacionarse con dios. El argumento que ellos presentan va dirigido principalmente a los creyentes que intentan buscar evidencia física de la existencia de dios. Dicen que si una persona necesita prueba física de que dios existe, entonces esto no es verdadera fe, o es una fe pobre. La reciente controversia del diseño inteligente hizo clara la distinción entre estas dos escuelas de pensamiento cristiano; muchos cristianos plantearon que la religión no tiene necesidad de irse a debatir en contra de la ciencia, como los proponentes del diseño inteligente están haciendo. En un interesante artículo en contra del diseño inteligente, Hal Helms presenta el punto de vista de un cristiano que cree por fe, un buen ejemplo del agnóstico-creyente.

Otra argumento similar para la creencia en dios es la Apuesta de Pascal, que plantea lo siguiente:

  • Si crees en dios y dios existe, entonces vas al cielo y tu ganancia es infinita.
  • Si crees en dios y dios no existe, entonces has perdido un poco.
  • Si no crees en dios y dios no existe, entonces has ganado un poco.
  • Si no crees en dios y dios existe, entonces vas al infierno y tu pérdida es infinita.
  • Por lo tanto, es más ventajoso creer en dios que no creer.

Los problemas con este argumento son bastante obvios. Primero, el agnóstico-creyente argumentaría que este razonamiento a base de probabilidades no constituye verdadera fe, y la verdadera fe, en su forma de ver, es el requisito para ir al cielo. Otro problema implícito es que el argumento sólo considera el punto de vista del dios cristiano, donde la recompensa final es el cielo o el infierno. En ningún momento considera la posibilidad de que la naturaleza de dios sea otra; piense en las religiones donde no hay conceptos de cielo o infierno, o aquellas donde dios no es un ser sino un estado de iluminación (como el budismo), o inclusive aquellas donde hay más de un dios. Las posibilidades son múltiples.

De paso, este último punto me trae a la mente un argumento que escucho a menudo: “algunos lo llaman Jehová, otros Alá, otros lo llaman de otras formas, pero lo importante es creer en él”. Este argumento sufre de los mismos problemas del argumento de Pascal; ¿cómo entonces resolvemos las creencias tan diferentes acerca de la naturaleza de dios en las diferentes religiones? La verdad es que no las resuelve; es más bien una forma que tienen algunos de amortiguar esta contradicción lógica en sus mentes.

Y para mí, entonces, ¿existe dios? Mi respuesta: no lo sé.

*Foto por LastExit. Véala en Flickr.