COnservadores y Liberales

Siempre me ha parecido interesante que los asuntos públicos en Puerto Rico rara vez se analicen desde un punto de vista de conservadurismo versus liberalismo. Siempre me ha parecido que muchas personas en la isla no “saben lo que son” en el espectro de lo conservador y lo liberal (tato en lo social, como en lo económico y lo político); somos una colección de posturas ante asuntos separados, pero no sabemos de dónde éstas provienen. La reciente controversia en cuanto a la propuesta resolución 99 (que pretende elevar el matrimonio entre un hombre y una mujer a rango constitucional) es un ejemplo de esto, pero en muchas de las discusiones se ha presentado como un enfrentamiento de gays vs. cristianos.

En el caso de la 99, el meollo del asunto es que el gobierno está intentando asumir el papel de ingeniero social, algo a lo que las personas que simpatizan con el liberalismo social (como yo) se tienden a oponer. ¿Qué significa esto? Sencillamente, que creemos que el gobierno debe involucrarse en un asunto sólo cuando representa una agresión directa a los derechos o la justicia de una persona o grupo específico. Hago énfasis en la frase “agresión directa”, refiriéndome a que existe una víctima clara y señalable. Por ejemplo, una persona que asesina o le hace daño físico a otra está cometiendo un crimen directo contra una víctima señalable. Un hombre que se para en la plaza pública y se besa con otro hombre podrá ofender a muchos, pero no está cometiendo un acto de agresión directa. ¿Qué controversial es ese “derecho a ofender”, verdad?

Esto es a lo que las personas usualmente se refieren cuando dicen que “no se debe legislar la moral”, y que otros malinterpretan porque están tomando la frase en sentido literal. La moral se legisla, por supuesto, pero la víctima no puede ser un concepto amorfo como “la fibra moral de nuestro pueblo”. Si fuera así habría otro montón de cosas que habría que prohibir (y de hecho, por no ser así hay otro montón de cosas que hay que legalizar).

Este concepto de la no-intervención del gobierno quizás es difícil de comprender para muchos en Puerto Rico, que hemos vivido por mucho tiempo bajo un Estado Papá (ahora un Estado Papi), donde miramos al gobierno para que nos resuelva todo, pero es algo importante para los derechos de igualdad y de libre expresión de todos, y esto incluye la libertad de todas las religiones de practicar sus creencias como les parezca. El error de algunos conservadores es que están yendo punto por punto y caso por caso tratando de ilegalizar las cosas que ellos (o en el caso de los religiosos, sus biblias) dicen que están mal. Nosotros estamos hablando de trabajar las leyes utilizando este principio fundamental y abarcador en cuanto a la cuestión social (el principio de crimen sin víctima que expliqué) con la meta de fomentar la convivencia entre personas que piensan diferente: cristianos, ateos, judíos, gentiles, homosexuales, heterosexuales, monógamos, polígamos, y todos los demás.

De paso, de toda esta discusión surge otra pregunta: ¿Por qué tiene el gobierno que meterse a definir qué es un matrimonio, aun en términos puramente civiles? De eso hablaré en un artículo próximo.