Bodas Negras

Uno de los placeres de escuchar el Bolero latinoamericano es que de vez en cuando se encuentran canciones que, aunque abordan el tema obligado del amor o el desamor, le inyectan una dosis de imágenes oscuras y macabras que le pueden dar varias patadas en el trasero a cualquier grupo de Goth o Death Metal. Un ejemplo:

En el cementerio entré, pisé un hueso y me dio frío y me respondió mi madre no me pises hijo mío, por ti derramé mi sangre

O qué tal La Copa Rota, donde el bohemio, despechado por los celos, muerde el cristal de una copa de vino y se destroza la boca:

Una noche como un loco mordió la copa de vino y le hizo un cortante filo que su boca destrozó, y la sangre que brotaba, confundiose con el vino, y en la cantina este grito a todos estremeció;

Mozo… sirvame la copa rota, sirvame que me destroza esta fiebre de obsesión Mozo… sirvame la copa rota, quiero sangrar gota a gota el veneno de su amor

Genial. Pero de seguro la mejor es Bodas Negras de Julio Flores, que lleva la necrofilia a un nivel artístico casi sublime:

Oye la historia que contome un día el viejo enterrador de la comarca: era un amante que por suerte impía; su dulce bien le arrebató la parca.

Todas las noches iba al cementerio a visitar la tumba de su amada, la gente murmuraba con misterio; es un muerto escapado de la fosa.

En una horrenda noche hizo pedazos el mármol de la tumba abandonada, cavó la tierra y se llevó en sus brazos el rígido esqueleto de su amada.

Y allá en la triste habitación sombría, de un cirio fúnebre a la llama incierta, sentó a su lado la osamenta fría y celebró sus bodas con la muerta.

Ató con cintas los desnudos huesos, el yerto cráneo coronó de flores, la horrible boca la cubrio de besos y le contó sonriendo sus amores.

Llevó a la novia al tálamo mullido, se acostó junto a ella enamorado y para siempre se quedó dormido, al rígido esqueleto abrazado.

Aquí les dejo Bodas Negras, en voz de Julio Jaramillo.