Houses of the Holy, Led Zeppelin

Led Zeppelin y Black Sabbath fueron la fundación sobre la cual se montaron todas las bandas de rock pesado de los `70 en adelante. Muchas bandas se apropiaron del sonido y los temas oscuros y de muerte de Black Sabbath, pero resulta más increíble el grado al que Led Zeppelin logró influenciar a todos y cada uno de los grupos que le siguieron.

Por alguna razón desconocida, muchas personas se niegan a escuchar música creada antes de que ellas nacieran. Probablemente es por esto que los covers o los remakes son tan populares hoy en día. Y es muchas veces esto lo que prohíbe que la gente se de cuenta el grado el que actos musicales copian a bandas como Zeppelin; tanto que a veces llega a ser ridículo. Esto no significa que Zeppelin no fuera a veces culpable de lo mismo; sus canciones orientadas al Blues de sus primeros discos muchas veces eran copias directas de artistas de este género. Sin embargo, la banda tomó estas canciones y le añadió una fuerza que no había sido escuchada previamente, efectivamente creando el género del Heavy Metal. Le presentaba recientemente la música de Zeppelin a un amigo cuya música de preferencia era el metal de los ’80; en cada canción me decía “he escuchado algo parecido antes”, y mi respuesta era siempre “Sí, Lenny Kravitz se copió una vez de esta canción”, o “tal grupo se copió esa”; Led Zeppelin creó muchísimos de los paradigmas de una banda rock; conceptos tan copiados que eventualmente se convirtieron en clichés.

Led Zeppelin IV es la clásica obra maestra de la banda, con canciones como Black Dog, Rock n’ Roll y Stairway to Heaven. Es un álbum increíble, y estará siempre en mi lista de los favoritos, pero por alguna razón siempre regreso a Houses of the Holy una y otra vez, principalmente por la diversidad en los arreglos de los temas, y quizás por ser un álbum que se toma menos en serio a sí mismo que IV.

Canciones favoritas: Dancing Days y The Ocean.