Logo Firefox

Ahora que Mozilla ha lanzado la versión 1.5 de Firefox, usted seguramente verá una cantidad de noticias y artículos en la blogosfera urgiéndole a que descargue y use este browser de web. Pero, ¿cuál es la ventaja de Firefox cuándo Internet Explorer funciona tan bien?

Primero un poco de historia. Durante la segunda mitad de la década de los noventa, hubo una guerra a muerte entre Microsoft con su programa Internet Explorer y Netscape con su programa Navigator. La importancia que adquirió de momento la Web le prometía un futuro atractivo a la compañía cuyo browser fuera el “estándar” para mirar la Web. El ganador de esta guerra fue, por supuesto, Internet Explorer, que ahora mismo es el browser que usa la inmensa mayoría de los internautas (entre un 80 y 90 porciento). Netscape, aunque todavía existe, ha quedado prácticamente en el olvido.

Esta guerra produjo una innovación sorprendente y emocionante. Aunque las primeras versiones de Internet Explorer no se comparaban con la destreza técnica de Navigator, las versiones 4 y 5 de IE en efecto sobrepasaron a su rival. Créanlo o no, Internet Explorer 4, 5 y 6 eran mucho mejores que Navigator 4, tanto así que Netscape tuvo que botar a la basura la versión 4 y crear desde cero la versión 6 (nunca hubo una versión 5 de Navigator). Pero ya era muy tarde; la estrategia de Miscrosoft de incluir el browser dentro del sistema operativo Windows significaba que Navigator nunca tendría la oportunidad de recapturar el mercado.

Ahora hacemos un brinco al 2005. Como resultado de la dominación absoluta del mercado y falta de competencia, Microsoft no le ha hecho ningún avance significativo a Internet Explorer desde el 2001, que es una eternidad en el mundo de las computadoras. En el mundo moderno de la web hay una serie de estándares ratificados por el World Wide Web Consortium (W3C), que definen cómo un browser debe desplegar la información de una página Web. La idea es que el diseñador web pueda crear una página basándose en los estándares y estar completamente seguro que la página se verá y funcionará igual en cualquier browser y en cualquier plataforma o sistema operativo. Desafortunadamente, Microsoft se olvidó de esta meta y por cuatro años se ha negado a actualizar su programa para mejor cumplir con los estándares.

Como un ejemplo del triste efecto de todo esto, tomen el siguiente ejemplo de este servidor. Como diseñador web reconozco la importancia de los estándares y la meta de crear páginas que funcionen bien para todos. Por lo tanto, trato de programar mis sites para que cumplan con los estándares de separación de presentación y contenido, accesibilidad, etc. El problema es que luego de terminar este proceso le debo dedicar una porción significativa del tiempo de desarrollo a asegurarme de que se ve bien en Internet Explorer, lo cual es muy raro. Esto es un verdadero aprieto: no puedo ignorar al 85% de las personas que utilizan Internet Explorer, pero al mismo tiempo quiero asegurarme que mis páginas estén bien programadas para hoy y para el futuro (el verdadero valor del estándar). Se pierde tiempo y dinero.

¿Y cómo entra Firefox dentro de todo esto? Firefox es el primer browser que le ha podido dar verdadera competencia a Internet Explorer desde que Microsoft se recostó en sus antiguos triunfos. Firefox nuevamente trajo la innovación tanto para el diseñador web como para el usuario. Internet Explorer, por estar tan íntimamente ligado con el sistema operativo Windows, también sufre de unas fallas de seguridad intrínsecas que hacen de Firefox (o cualquier browser alternativo) una mejor alternativa frente a los virus o programas maliciosos.

Microsoft ha reconocido la amenaza que Firefox representa, y por primera vez en mucho tiempo ha anunciado una nueva versión de IE que se acerca más a los estándares y ofrece muchas de las funciones que Firefox vienen ofreciendo desde hace tiempo. De esto se trata todo: si la competencia produce innovación, entonces necesitamos a los pequeños como Firefox poniéndole presión a los grandes como Microsoft. Excelente lección.